Guerra de Esmalcalda

Guerra de Esmalcalda
Parte de guerras de religión en Europa

Anagoría de la Guerra de Esmalcalda, de autor desconocido, ca. 1630 (Deutsches Historisches Museum, Berlín).
Fecha 1546-1547
Lugar Sacro Imperio Germánico
Resultado Victoria de los Habsburgo.
Capitulación de Wittenberg: Disolución de la Liga de Esmalcalda, la dignidad de Príncipe Elector de Sajonia pasa a la Casa de Wettin
Beligerantes
Liga de Esmalcalda
Sajonia
Bandera de Austria (imperio) Sacro Imperio Romano Germánico
Imperio español
Estados Pontificios
Comandantes
Juan Federico I de Sajonia
Felipe I de Hesse
Carlos V
Fernando Álvarez de Toledo
Los círculos imperiales hacia 1548.

La guerra de Esmalcalda (del alemán: Schmalkaldischer Krieg) se desarrolló en Alemania entre 1546 y 1547, y enfrentó al ejército del emperador Carlos V, comandado por Fernando Álvarez de Toledo, duque de Alba, contra el ejército de la Liga de Esmalcalda, formada por la mayor parte de los Estados luteranos del Sacro Imperio Romano Germánico y dirigida por Juan Federico I de Sajonia y Felipe I de Hesse.

La guerra terminó aparentemente con la victoria del bando católico en la batalla de Mühlberg, que permitió al emperador imponer una solución al conflicto en el Interim de Augsburgo (1548); pero las hostilidades se reanudaron en 1552 (la denominada Guerra de los Príncipes) y el resultado final fue el reconocimiento de la potestad de los príncipes alemanes de imponer su religión a sus súbditos (paz de Augsburgo, 1555).

Carlos V a caballo en Mühlberg, por Tiziano, 1548 (Museo del Prado, Madrid).

Aunque el enfrentamiento fue una guerra de religión, lo cierto es que hubo destacados protestantes en el bando imperial (Mauricio de Sajonia, que pasó a liderar el bando protestante en 1552); mientras que el reino católico de Francia terminó interviniendo decisivamente en apoyo de los príncipes luteranos. Los aspectos políticos, económicos y sociales estuvieron muy presentes en la explicación de los sucesivos alineamientos. En cuanto al enfrentamiento social entre privilegiados y clases bajas, había tenido su expresión más violenta veinte años antes, cuando tanto los príncipes católicos como los protestantes habían reprimido el anabaptismo en la guerra de los campesinos alemanes (1524-1525).[1]

  1. Gonzalo Redondo, La reforma protestante, una solución de continuidad, en Historia de la Iglesia en España, Rialp, 1993, ISBN 84-321-2984-4, pg. 27.

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